Hasta el mes de diciembre se podrá disfrutar de una buena representación de obras de arte desde la Edad Media hasta la época contemporánea en el Palacio Episcopal.

Orihuela se consolida como centro cultural gracias a la Diócesis y a la Fundación Pedrera.

 

En esta exposición temporal se profundiza en el concepto de lo Sublime en el arte sacro cristiano mediante la extraordinaria colección artística Pedrera Martínez. A través de las obras de artistas de distintas épocas, desde la Baja Edad Media hasta el siglo XX, se hace un recorrido que invita al espectador a reflexionar sobre cómo el arte trasciende lo mundano y se eleva a lo Sublime como camino hacia la Verdad y el Bien.

El ser humano a lo largo de su existencia ha necesitado expresar a través del arte sus creencias. En esta exposición se muestra a través de distintos estilos y escuelas artísticas -italiana, española, flamenca, cuzqueña … -, la evolución del arte sacro cristiano a lo largo de la Historia y, significativamente, la forma de representar los misterios de la fe. En un diálogo constante entre la pintura, la escultura y la arquitectura, en este caso la Catedral de Orihuela, que se puede vislumbrar a través de las ventanas de la sala expositiva, se reconoce como el Cristianismo buscó la belleza extrema, lo Sublime, para manifestar la trascendencia.

El concepto de lo sublime en el arte y en el Cristianismo representa una experiencia que trasciende la mundanidad, evocando asombro ante aquello que es inmenso e incomprensible. En el arte, el concepto de sublime ha sido estudiado por filósofos como Edmund Burke e Immanuel Kant, quienes describen el término como una respuesta emocional intensa frente a la grandeza y el poder de fenómenos naturales o situaciones que superan la capacidad humana de comprensión. Artistas románticos como Caspar David Friedrich capturaron esta experiencia en sus obras, donde el ser humano queda empequeñecido ante la vastedad de la naturaleza, simbolizando la fragilidad humana frente a lo indomable.

En el Cristianismo, lo sublime está profundamente vinculado a la grandeza infinita de Dios, los misterios de la fe como la Encarnación y la Resurrección, y el sacrificio de Cristo en la Cruz. En la Biblia, Dios es “el Alto y el Sublime, el que habita en la Eternidad” (Isaías 57: 15), en el mismo versículo se afirma que  está cercano a los “quebrantados y humildes de espíritu”, aspecto que profundiza en la concepción de lo sublime donde Dios, aun siendo inconmensurable, se muestra lleno de misericordia y compasión.

El arte cristiano busca transmitir la inmensidad del poder divino y la redención a través de la belleza de la imagen para la expresión de la sublimidad. La arquitectura gótica, con sus catedrales de inmensas alturas y luminosos vitrales, o las pinturas y esculturas de los grandes maestros del Renacimiento y el Barroco, representan visualmente la trascendencia. En ambos contextos, lo sublime nos enfrenta a lo que supera nuestra comprensión y nos conecta con lo infinito, ya sea a través de la grandeza de la creación o de la experiencia espiritual, elevándonos mas allá de la condición humana.

Obras seleccionadas:

El Martirio de San Bartolomé. Escuela española. Segunda mitad del siglo XV. 85 x 66 cms. Colección Pedrera Martínez.

El Martirio de San Blas. Martín Bernat y Bartolomé Bermejo. Segunda mitad del siglo XV. 74 x 80 cms. Colección Pedrera Martínez.

Adoración de los Reyes. Escuela flamenca. 60 x 80 cms. Siglo XV. Colección Pedrera Martínez.

Lot y una de sus hijas. Circulo de Vincent Sellaer. Segunda mitad del siglo XVI. 65,5 x 60 cms. Colección Pedrera Martínez.

Adoración de los pastores. Seguidor de Bassano. Siglo XVII. 50 x 41 cms. Colección Pedrera Martínez.

Dios habla a Noé tras el diluvio universal. Seguidor de Bassano. Siglo XVII. 131 x 183 cms. Colección Pedrera Martínez.

San Francisco de Paula. Pietro Novelli. Segundo cuarto del siglo XVII. 72 x 60 cms. Colección Pedrera Martínez.

San Pedro. Giusepe Marullo. Siglo XVII. 125 x 106,5 cms. Colección Pedrera Martínez.

San Símaco. Juan de Solis. Siglo XVII. 106 x 137 cms. Colección Pedrera Martínez.

Susana tentada por los Viejos. Carlo Francesco Nuvolone. Tercer cuarto del siglo XVII. 160 x 123 cms. Colección Pedrera Martínez.

Expulsión de los frailes. Eugenio Lucas Velázquez. Mediados del siglo XIX. 72 x 107 cms. Colección Pedrera Martínez.

Gruta de Lourdes. José Garnelo y Alda. 1896/7. 95 x 140 cms. Colección Pedrera Martínez.

Fray Andrés de Valldigna. Vicente López. 1805/1806. 50, 5 x 42 cms. Colección Pedrera Martínez.

San Martín de Tours. Anónimo. Escuela cuzqueña. Siglo XIX. 118 x 90 cms. Colección Pedrera Martínez.

Martirio de San Bartolomé. Copia de Ribera. Siglo XVII. 170 x 122 cm. Colección Pedrera Martínez.

Pentecostés. Copia de Zurbarán. Atribuido a María Pastora Escudero. Siglo XIX. 167 x 125 cm. Colección Pedrera Martínez.

Monja leyendo. Baldomero Gili. Siglo XIX. 58 x 42,5 cm. Colección Pedrera Martínez.

San Pablo. Escuela de El Greco. Siglo XIX. 54 x 45 cm. Colección Pedrera Martínez.

San Jerónimo. Seguidor de José Ribera. Último cuarto del siglo XVII. 123,5 x 106,5 cm. Colección Pedrera Martínez.

San Jerónimo. Seguidor de José Ribera. Primera mitad del siglo XVII. 98 x 130 cms. Colección Pedrera Martínez.

Virgen con el niño. Anónimo. Escultura en marfil. 100 x 84 cms. Colección Pedrera Martínez.

Cristo Crucificado. Siglo XVI. Escultura en marfil. 100 cms. Colección Pedrera Martínez.

Cristo Crucificado con escudo mercedario. Siglo XVII. Escultura en marfil. 100 cms. Colección Pedrera Martínez.

Cristo Crucificado. Siglo XVIII. Escultura en marfil. 100 cms. Colección Pedrera Martínez.

Cristo en el Calvario con San Juan, la Virgen María y María Magdalena. Siglo XVIII. Escultura en marfil. 90 cms. Colección Pedrera Martínez.

Cristo en el Calvario con San Juan,  la Virgen María y María Magdalena. Siglo XVIII. Escultura en marfil. 90 cms. Colección Pedrera Martínez

Cristo Crucificado. Siglo XVII. Escultura en marfil. 120 cms. Colección Pedrera Martínez.

Cristo Crucificado. Siglo XVII. Escultura en marfil. 120 cms. Colección Pedrera Martínez.

Retrato de monja. Joaquín Sorolla. 1918. Colección Pedrera Martínez.

 

+INFO: https://museodeartesacro.es/