Los días 3 y 4 de octubre, nuestro Obispado fue el punto de encuentro de jóvenes de distintas parroquias que se reunieron para participar en una intensa jornada de formación y envío misionero. Bajo el lema “Echad las redes”, este encuentro nos recordó que la llama de Jesús sigue viva hoy y que todos estamos invitados a lanzarnos mar adentro para anunciar el Evangelio con alegría y valentía.

Durante las sesiones formativas, los participantes reflexionaron sobre lo que significa evangelizar en el mundo actual: cómo dar testimonio de la fe en medio de los desafíos de la vida cotidiana, cómo responder a la indiferencia con esperanza y cómo hacer de cada gesto una oportunidad para anunciar el amor de Dios.

No faltaron los momentos de oración, convivencia y trabajo en grupo, donde se respiraba entusiasmo, comunión y deseo de crecer juntos en la fe.

El encuentro fue también una oportunidad para descubrir que no estamos solos en este camino. Somos una Iglesia joven que quiere salir al encuentro de los demás, que no se conforma con quedarse dentro de las paredes de las parroquias. Queremos ser una Iglesia en salida, como nos invitó el Papa Francisco, dispuesta a tender la mano y a llevar la Buena Noticia a quienes más la necesitan.

La presencia y participación activa de tantos jóvenes fue signo de esperanza para nuestra diócesis. Muchos expresaron su deseo de seguir formándose, de comprometerse en sus comunidades y de llevar la alegría del Evangelio a todos los ambientes donde viven, estudian o trabajan.

Porque evangelizar no es solo hablar de Dios: es mostrar su amor con la vida, ser testimonio vivo de su misericordia y de su presencia entre nosotros.

Y eso es precisamente lo que este encuentro nos ha ayudado a redescubrir: que la llamada de Jesús -“Venid conmigo y os haré pescadores de hombres” (Mt 4,19)- sigue resonando en los corazones de los jóvenes de hoy.